top of page

Ralegh Radford

¡Hola!

Cuando estábamos buscando información sobre el siglo VII y sus fortificaciones correspondientes, nos encontramos con el famoso castillo de Tintagel y, por ende, con este personaje que fue el principal arqueólogo director del proyecto en los años 30.

Nos repartimos el trabajo y fue a mí a la que le toco investigar sobre él e hice una entrada sobre su biografía y carrera arqueológica:

Y ahora (¡y por fin!) ya tenemos empezada nuestra galería de arqueólogos:

Al principio no parecía demasiado complicado, era tan solo buscar la biografía y escribir sobre ella lo más objetivamente posible pero cuanto más leía sobre este personaje, más quería hablar de mi opinión sobre él (que, ya os adelanto, no es demasiado positiva).

En la web, dedico un párrafo a hablar sobre sus excavaciones en Tintagel y también sus interpretaciones del mismo en los años 30, quien creía que se trataba de un monasterio céltico como los que él había excavado en sus años de estudiante.

La gran crítica que se les hace a los arqueólogos del siglo XIX y principios del XX siempre es la técnica, muy destructiva, y la falta de documentación. Radford entraría en esas dos casillas pero, al fin y al cabo, era la metodología de la época y fue gracias a los errores de estos investigadores que se desarrolló un abanico de técnicas más adecuadas y que nos proporcionan mucha más información hoy en día. El error es una parte fundamental de la ciencia que la ayuda a avanzar. También es así en la ciencia arqueológica, cientos de objetos han sido mal interpretados -la “trampa de la subjetividad” que lo llaman los teóricos-, pero solo al volver a ellos y reexaminarlos podemos intentar descifrar su significado real (que podría también ser falso, pero debe encontrar pruebas reales más basadas en la materialidad para su defensa).

Como explico en la entrada de la web, esto fue lo que ocurrió en Tintagel, el arqueólogo inglés Charles Thomas expuso diferentes argumentos de por qué ese asentamiento no podía tratarse de un monasterio al reexcavarse el sitio en los años 90, pero el señor Radford -ya con sus 90 y muchos años- no cambió su opinión: Aquello seguía siendo un monasterio, aunque estuviese demostrado que no era así.

No es así como avanza la Arqueología, no si no la dejamos; equivocarse en una interpretación les ha ocurrido a todos los arqueólogos, incluso a los más famosos y afamados, pero sólo al rectificar y admitir los errores damos pie a un avance. Roberta Gilchrist, autora del obituario de Ralegh Radford para la British Academy, le denomina como “el último de los anticuarios” y es posible que así sea, que con él se cierre un capítulo de la historia de la investigación arqueológica.

Featured Review
Vuelve pronto
Una vez que se publiquen entradas, las verás aquí.
Tag Cloud

© 2016 by Los cimientos de la guerra. Proudly created with Wix.com

  • Grey Facebook Icon
  • Grey Twitter Icon
  • Grey Google+ Icon
bottom of page