Dentro del esquema de las fortificaciones militares, el Keep ha sido de gran importancia, por ello los constructores del siglo XII concentraron todos sus esfuerzos en fortificar e incrementar la resistencia del mismo. Pero la mejora de la artillería de asedio hizo que surgiera la necesidad de fortalecer también las defensas externas (Thompson, 1912: 216).

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Durante el siglo XIII el castillo sigue siendo el elemento principal dentro de la arquitectura militar, pero este siglo fue el marco en el que se produjo el cambio gradual del objeto de interés dentro del castillo, que pasó del Keep a la muralla. Los ingenieros militares comenzaron a concentrar su ingenio en los muros exteriores -añadiéndose una división mediante la construcción de anillos concéntricos de murallas pétreas, o el uso de murallas transversales para dividir el espacio interior (Wikipedia, 2016b)- y las entradas del castillo, así mismo, el uso de las zonas de habitación en el Keep fue cesando en favor de la utilización de unos nuevos cuartos más cómodos adosados a los muros del castillo (Thompson, 1912: 216).

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La casa del guarda o puerta fortificada -gatehouse- normanda era bastante simple en construcción, en este periodo se viven varias mejoras desde el punto defensivo, encontrando ejemplos de gran complejidad y variabilidad dependiendo del caso particular. Una de las nuevas incorporaciones fue el rastrillo o portcullis (Thompson, 1912: 220), una puerta enrejada comúnmente utilizada para cerrar castillos, fortalezas, alcázares, así como otros edificios durante la Edad Media (Wikipedia, 2016h), podía encontrarse un solo rastrillo o varios -exterior e interior- (Thompson, 1912: 220).

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La entrada al castillo estaba protegida por una barbacana -outwork-, este término que parece proceder de derivación oriental se aplicó indistintamente a cualquier outwork -defensa- que suponía una primera defensa ante el intento de aproximación al castillo o a la puerta fortificada de una ciudad (Thompson, 1912: 229). Supuso el uso en la entrada principal de un tipo de defensa hasta ahora solo aplicada en la construcción del Keep, por tanto fue consecuencia directa de la disminución del interés por el Keep en favor de la muralla (Thompson, 1912: 230). Como en el caso de la puerta fortificada la morfología de las barbacanas también presentaba una gran variabilidad (Thompson, 1912: 229).

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El camino de ronda era un pasillo estrecho situado en la parte superior de la muralla y protegido por un parapeto almenado, normalmente de madera, que permitía realizar acciones de vigilancia, defensa y comunicación (Wikipedia, 2016a); el acceso al mismo se realizaba a través de escaleras que se situaban dentro de las torres (Thompson, 1912: 241) o en la parte interna de la muralla. El parapeto se petrifica denominándose ahora matacán (Wikipedia, 2016c); estaba dividido en merlones y troneras, en un primer momento las troneras se encontraban a intervalos bastante separados, pero la tendencia a lo largo del siglo XIII fue a multiplicar las troneras, siguiendo la teoría de que el arquero disparaba las flechas a través de la tronera y prepara una nueva flecha al resguardo del merlón. Sin embargo, el merlón suele ser más amplio que la tronera en obras con una finalidad puramente militar, ya que presenta una pequeña saetera abierta hacia el interior (Thompson, 1912: 242).

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A partir de este siglo, la mayoría de los castillos fueron construidos por Órdenes Militares, entre ellas la Órden de San Juan de Jerusalén, la Órden del Temple y la Órden Teutónica; el diseño es muy variado, no sólo entre órdenes sino también entre castillos individuales. Una característica común es la petrificación de los matacanes -la parte alta de de las galerías de las murallas-, que se expandirá rápidamente por toda Europa (Wikipedia, 2016c).